¡Buenas y buen Domingo! ¿Cómo están «l viaggiatori» ? Viajeros y acompañantes de mi Blog.
Hoy les traigo un nuevo post, justo, preciso como dice su título «¡QUÉ HORROR COMO ESCRIBO?!
¿Nunca se han sentido frustrados en un momento dado, dónde su escritura parece que no brinda lo que ustedes quieren ofrecer? Bueno pues yo sí, lo confieso… *cof, cof*
Aquí les daré unos consejitos para que si les sucede, aunque se encuentren en ese momento ¡respiren profundo y no desquicien! Y eviten entrar en «Blocking Zone» sí, la temida zona del Bloqueo de escritor.
Ya que en esos momentos los cuales te inundas de preguntas y te cuestionas casi todo, al punto de evitar sujetarte la cabellera… a no desesperarse.
Posibles preguntas las cuáles me hago (créanme) a ver si compartes algunas conmigo;
- ¿Quieres escribir una obra, poema, canción; etc, que cause impacto pero no sabes casi ni cómo empezar?
- ¿Comienzas y te bloqueas, te atascas, te quedas sin ideas o sin motivación?
- ¿Has escrito una novela pero no sabes qué camino seguir ahora?
- ¿O tal vez sí has publicado pero, como se suele decir, no te lee ni tu abuela?
Lee, disfruta y sigue lo que «Viaggiare» te trae.
- Inventar nuevas formas de enfocar nuestros actos cotidianos y escribir sobre ellos.
- Mirar los objetos de nuestra casa como si pertenecieran a otro mundo y escribir sobre la nueva forma de percibirlos. E inventar un mundo en el que las personas hablen con las cosas y las cosas hablen entre sí.
- De entre todas las ideas que se agolpan en nuestra mente, apuntar una; la más simple, la más atractiva o la primera que podamos atrapar, sin preocuparnos por perder las restantes en el camino.
- Plantearse la mayor cantidad posible de formas de soledad existentes para desarrollar en un texto la que más nos conmueva.
- Del intercambio de textos con otros escritores pueden surgir propuestas y comentarios
reveladores. - Invertir el mecanismo lógico: secreto/confesión, es una manera de enfrentar la ficción. En consecuencia, partir de una confesión para luego inventar el secreto.
- Elegir momentos a distintas horas del día y describir todo lo que sentimos y lo que sucede a nuestro alrededor, más cerca y más lejos.
Inventariar palabras a partir del alfabeto y crear entre ellas un itinerario, el esqueleto de una historia.
- Escribir sin estar pendientes del calendario, del reloj ni de lo que consigamos; simplemente, hacerlo.
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De nuevo te aconsejo que no detengas ese estado de creatividad torrencial cuando llega, para subsanar errores anteriores.
— ¡Oh! y que tarde se me ha hecho, los dejaré; hasta el próximo post amigos… Espero, y no me extrañen.